Poemas divinas

 Aquel día en la sabana repleta de nieve consiste de varios, personajes cada uno con trasformaciones de sobra pero en los más consistente intervalo, de la vida, había una hoja llena de sincero amor, de verdad     que lo que hacía era provocar a los seres de abundancia pues cada uno éralo mejor de sí mismo, cada parte de ellos, destilaba agua que saciaba la sed de muchos con labios secos, su brochar de destilo abundante de amor que a su vez era agua se ocultaban a los necesitados porque eran tan hermosos que generaban miedo, pues su única forma de presentarse era de forma invisible, permitían ellos volver a despertar con solo pestañear sus alas, cabalgando rincones interminables con gritos de alabanza, hacia todo lo creado, acostumbrados con repleta luz de color fosforo, un fosforo que se podía tocar y no quemaba, pero si al instante era sentir una caricia de papa, mama era su caricia más sensible pues el todo era una sola cosa con representación de cualquier parte del cuerpo de un simple humano, pues a diferencia del humano con la esencia absoluta de la brillantes era que el humano sentía dolor y sufrimiento mientras que los vaciadores de agua manantial sentían en cambio un asombro por ver como el dolor hacia dar suplica a su asombrosa función, pues habían muchos seres y al que el humano venerase a cambio, como trueque de liviandad era su fe a lo que lo hacía saciar y calmar, pues al humano le tocaba asumir detalles de carnalidad y sangre bruta, para luego ocupar un puesto absoluto, en su interiorismo sostenible, según como haya invertido en si pues el poema más hermoso el aquel que obtendrá mucho sin hacer una sana reverencia al quien se pregunta quien le dio esta conciencia y paralizad  mente y reforzar el alma y el espíritu. ¿qué somos nosotros para los creadores? pues somos sus hijos muy lejanos que llama uno por uno, para reinar o mucho más que eso.